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Digmun: dignidad de mujeres, niños y niñas

CARTA DE UN PADRE DE ACOGIDA

CARTA DE UN PADRE DE ACOGIDA

 

CINCO MIL EUROS PARA ZYTOMIR, UN PEQUEÑO ORFANATO UCRANIANO

 En el verano de 2009 un padre de acogida ceutí viajó hasta la lejana y fría Ucrania para visitar a Mykola, su pequeño niño de acogida. Allí, el Director del centro le enseñó las instalaciones de lo que ellos denominan escola-internato. Antes de llegar, este padre de acogida, sabía de las deficiencias, carencias e incomodidades que sufren estos centros, pero sólo las conocía de oídas, que es muy diferente a verlas, a sentirlas, a olerlas personalmente.

Mientras recorría aquellas desoladas instalaciones, una pregunta empezó a golpearle sin piedad la cabeza: ¿qué podría hacer yo para ayudar a mejorar las condiciones de vida de estos niños?, de esos niños que le seguían en su visita, de esos niños que son nuestros niños cuando llegan a España.

Su pesar y tristeza aumentaba a medida que iba de una lugar a otro; de un comedor común, a un dormitorio común; de un largo, triste y oscuro pasillo a otra habitación, hasta que tropezó con el llamado cuarto de baño. Al llegar a él y contemplar aquel desolador lugar, ya no pudo resistir más y, sin pensarlo, sin ni siquiera saber lo que iba a decir, miró directamente a los ojos del Director y le preguntó: ¿cuánto costaría adecentar este lugar?

 

Ha pasado casi un año de esta visita, el tiempo que las familias de acogida de niños ucranianos en Ceuta hemos tardado en recaudar los 5.000 euros que se necesitaban.

La recaudación de este dinero ha sido posible gracias a la solidaridad de muchos ceutíes que asistieron a la cena que organizamos en el Club Natación Caballa de Ceuta, regentado por Mohamed, una persona que desde el primer momento nos abrió las puertas de su local de manera tan desinteresada.

Nuestras familias, nuestros amigos y compañeros de trabajo y algunos de nuestros vecinos, vaciaron un poquito sus bolsillos para asistir a la cena y comprar papeletas de todos los regalos que sorteamos aquella noche de noviembre. Todos ellos conocen a nuestros niños; les ven cuando llegan, delgados, ¡tan delgados! y van comprobando día a día como ganan peso, cómo les cambia el color de sus caras y se llenan de felices sonrisas.

Mis compañeros de trabajo, tan solidarios: los enfermeros, enfermeras y otros trabajadores del hospital, que se quedaron hasta el final en el Karaoke de la cena, los más marchosos; mis compañeros los maestros, maestras y muchos padres y madres de alumnos del Colegio Severo Ochoa, del Colegio Vicente Aleixandre, tan educados; los conductores de autobuses de la empresa Hadú-Almadraba, tan profesionales; los bibliotecarios y bibliotecarias de la Biblioteca Pública de Ceuta, tan entendidos en libros.

Gracias a las donaciones de Amalia Laorden que nos regaló un precioso cuadro pintado al óleo; Trinidad Morcillo no dudó en donar otro bonito cuadro de punto de cruz, que junto con uno bordado por Raquel Braojos y otro representando una colorida máscara azteca de Rosa Ramón, fueron sorteados; ellas, tan menesterosas, mientras cosían y pintaban, seguro que jamás imaginaron dónde irían a parar esos cuadros; los propietarios de la tienda Carmen Marañés nos regalaron un montón de objetos diversos (bolsitos, toallas, complementos...), y un apetitoso jamón donado por el Mesón Alberto, completaron el conjunto de regalos que sorteamos la noche de la cena.

No podemos pasar página sin mencionar a los medios de comunicación e información de Ceuta, que siempre están dispuestos a difundir nuestras campañas de acogida de niños, mandando un especial saludo a Juanjo de El Faro de Ceuta, tan atento con nosotros, y a Beatriz Palomo, siempre tan preocupada por nuestos niños. Gracias. Digmun sabe lo que les debemos.

Faltaba un poquito de dinero, y llegó el cuadro pintado expresamente para esta causa por el artista José Pedrajas, con cuyo sorteo completamos el dinero que hará posible que cuando vayamos a nuestros lindos cuartos de baño lo hagamos con una sonrisa en los labios pues, sabemos que nuestros niños también tienen, sino un bonito y lindo aseo como el nuestro, uno en condiciones higiénicas bien aceptables y ello, gracias a la ayuda y a la solidaridad de mucha gente. Gracias otra vez.

 Con muy poco esfuerzo, podemos hacer que la vida de muchos niños y niñas del mundo sea un poquito mejor. 

 

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